Crítica de Mister Magorium y su tienda mágica.
Mister Magorium y su tienda mágica hace realidad el sueño de todo niño: encontrar una juguetería en la que los instrumentos de diversión cobren vida a cada paso. Ése es, en apariencia, el principal atractivo de la película, pero sólo para aquellos que prefieren quedarse en una primera lectura. Para el resto, la historia contada por Zach Helm va un poco más allá. Habla de la confianza, del amor, de la responsabilidad y, sobre todo, de la amistad. Una serie de valores devaluados en estos tiempos que vivimos y que no está demás inculcar a los niños en una fechas tan propicias como las navideñas.
Pero ante todo, la de Mister Magorium es una historia contada para los pequeños de la casa. El protagonista, Dustin Hoffman, es un estrafalario juguetero que cuenta con una tienda mágica que los niños abarrotan cada día para hacer realidad sus ilusiones. Su mano derecha no es otra que la siempre aniñada Natalie Portman que, una vez más, repite en el papel de cándida muchacha. Una pianista frustrada que busca su camino en una tienda mágica de la que deberá hacerse cargo tras la muerte de Mister Magorium. Pero la juguetería, que tiene vida propia, está molesta con la marcha de quien tantos años la gobernó y no se lo va a poner nada fácil. Para esta árdua tarea, la valiente Molly Mahoney contará con la ayuda de un niño aficionado a los sombreros, Eric, y un contable seco y estirado, Henry (Jason Bateman), que tendrá que abrir sus estrechas miras.
A partir de ahí surge una historia de magia y amistad en la que el cuarteto protagonista tendrá que convencer a la tienda de que no todo está perdido con la marcha de Mister Magorium. Una trama , una película para niños. Y como tal sigue sus códigos. Sólo a un niño se le ocurriría llamar a un contable "mutante" (o quizás no). Pero lo mejor de Mister Magorium es el propio Mister Magorium. Un Dustin Hoffman pasado de rosca que hace las delicias de los más pequeños. El resto no son más que sus pequeños elfos navideños en un auténtico alarde de imaginación. (M. J. Arias)
domingo, 16 de diciembre de 2007
Un ejercicio de imaginación
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