La estatuillas conquistadas por la emblemática Mary Pickford se han convertido en el objeto de una encendida lucha que se decidirá en los tribunales. Los herederos de los dos Oscar que recibió en vida la actriz (uno como Mejor actriz en 1929 por su papel en Coquette y otro honorífico en 1975) tienen la intención de subastarlos y sacar buen provecho de una herencia que consideran incecesario conservar. De hecho, poco valor sentimental puede tener para ellos, ya que se trata de tres herederos de la segunda mujer del actor Charles Buddy Rogers, que era el marido de Pickford cuando ésta falleció.
Un dato que explicaría, en parte, el litigio que estas personas mantienen con la Academia del Cine, que cuenta en su poder con un documento firmado por la galardonada en el que se compromete a venderle los trofeos por el simbólico precio de 10 dólares cada uno en el caso de querer deshacerse de ellos. Un acuerdo que, en un principio, también afecta a los actuales propietarios de las codiciadas estatuillas. Desde la Acedemia, según recoge Los Angeles Time, se han apresurado a explicar el importante valor de estos premios y su interés porque estos no puedan adquirirse con tanta facilidad. "Debería de haber unas pocas cosas en el mundo que hay que ganarse antes que comprarlas, y queremos que estos premios sean unas de ellas", ha declarado Bruce Davis, director ejecutivo de la misma.
Por su parte, el ahijado de Mary Pickford, Keith Lawrence, se ha mostrado del mismo parecer de la organización que entrega los trofeos de la discordia. "Venderlas al mejor postor y tenerlas en casa de alguien y que nunca más se vuelva a ver, no tiene sentido", razona Lawrence, quien seguramente preferiría que los dos Oscar estuviesen en las vitrinas del Instituto Picford del que él es responsable.
domingo, 30 de diciembre de 2007
Las estatuillas de Pickford, en los tribunales
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