lunes, 28 de diciembre de 2009

'Número 9', un experimento fallido

Crítica de Número 9.

Un científico crea una supermáquina a la que presta su privilegiado intelecto con el objetivo de hacer del mundo un lugar mejor. Sin embargo, el ansia de poder de un dictador conduce a la rebelión de las máquinas y lleva a la humanidad al fin de su existencia. ¿Matrix? ¿Terminador? No. Se trata de Número 9, una película de animación –que no para niños- que llegará a los cines este viernes apadrinada por Tim Burton.

La historia de Shane Acker estuvo nominada en la categoría de Mejor Corto en los Oscar de 2005. Entonces gustó tanto que, aunque no consiguió la dorada estatuilla, se llevó un premio aún más gordo: convertir esos 11 minutos de metraje en un largo de 79. Y el resultado, como ocurrió con Última llamada, es, lamentablemente, demasiado flojo. Probablemente como corto fuese impactante y de gran calidad, pero al estirarlo se nota en exceso el paso por el quirófano y lo que pretendía ser una gran película no es más que un trabajo bien hecho pero vacío en cuanto a contenido. Como, por otra parte, tantas veces le ha ocurrido al maestro Burton.

Por otro lado, si se cambia al frankensteiniano científico de Número 9 por Voldemort y a sus hombres de trapo por horrocruxes, el resultado es el mismo: la búsqueda de la inmortalidad. Aunque en este caso el fin sea salvar el alma de una raza que las máquinas han borrado de la faz de la tierra y no convertirse en el mago más poderoso y temido del mundo mágico de Harry Potter. La historia es la que es y da para lo que da, pero lo cierto es que Número 9 tiene cosas interesantes. Una de ellas es la apariencia visual y la, en cierta forma, originalidad de los anónimos muñecos encargados de devolver su humanidad a la Tierra.

La otra, el portentoso reparto de voces reunido para la ocasión. Número 9, el último de la hornada y verdadero protagonista de la película, es Elijah Wood, cuya voz está arropada por talentos como Christopher Plummer, Martin Landau y Jennifer Connelly. Todos ellos unidos en un proyecto interesante que si bien no puede considerarse un fracaso (la película tiene apartados en los que rascar), sí es decepcionante por lo que se esperaba de ella. Un intento fallido más de convertir un corto que funcionaba en película. Y es que, a veces, es mejor dejar las cosas como están.




2 comentarios:

Carlos dijo...

La comparación entre el científico y Voldemort ha sido demasiado forzada.

Cyllan dijo...

Es verdad que se esperaba mucho más. Quizá no debieran mantener tanta emoción antes del estreno, luego pasa esto. Aún así yo la disfruté.
Oye que pedazo de spoilers del argumento que te marcas no? Menos mal que la había visto, uf. Je