Ejercer de chico raro del barrio siempre ha conllevado unas connotaciones negativas que, con Tim Burton, podríamos, cuanto menos, cuestionarnos. Vale que el director estadounidense no se amolda a los clichés sociales establecidos, pero cuando uno lo tiene cerca se da cuenta de que no se trata de la persona asocial y malencarada que podría haber sido. De hecho, podría definírsele, incluso, como un tipo agradable. De lo contrario, resultaría imposible explicar como ayer (por el 21 de enero) pudo aguantar estoicamente que una nube de periodistas mitómanos (incluido el que suscribe esta noticia) se le lanzasen encima en busca de una dedicatoria para sus libros, películas o un simple papel.
Ése fue el colofón a la rueda de prensa dada en Madrid para presentar su nuevo trabajo, Sweeney Todd, un musical de terror en el que ha vuelto a colaborar con su actor fetiche, Johnny Depp, para el papel protagonista y que se estrenará en España el próximo 15 de febrero. “Ha sido muy estimulante, porque tener la música dentro del rodaje fue maravilloso”, explicó nada más comenzar la rueda de prensa el excéntrico Burton que, como no, apareció ataviado de oscuro y con sus inseparables gafas. Eso sí, con sólo unos minutos de retraso sobre el horario previsto. Algo que siempre es de agradecer y que no está tan extendido como debiera.
Se trata del sexto trabajo que sale de aquel matrimonio cinematográfico surgido a raíz de Eduardo Manostijeras. Allí, con el marco incomparable del precioso cuento que representa la película, nació la unión entre Depp y Burton. La imaginación del director encandiló al actor, que sólo tuvo que demostrarle sus dotes interpretativas para metérselo en el bolsillo. Oírles hablar al uno del otro es como escuchar a dos adolescentes. “He trabajado con él en seis ocasiones, pero es como si hubiese trabajado con seis personas diferentes”, relataba ayer el director de Burbank sobre Depp, al que se niega a ver como un galán de cine. “Es un actor de rol, de personaje, parecido a los antiguos actores de terror”. Nada que objetar.
Pero en la película no sólo repite Depp. La réplica se la da la compañera sentimental del director, Helena Bohan Carter, que interpreta a la Mrs. Lovett, una mesonera con unas recetas fuera de lo común. “Tuvo que pasar un casting”, comentó Burton, que aseguró, por activa y por pasiva que el único que tenía el papel asegurado era su amigo. Fue precisamente hablando de Bohan Carter cuando Burton dejó aparecer ese humor que le caracteriza. Cual Icaboh Crane, respondió con ingenio a la envenenada pregunta de si había disfrutado viendo arder a su esposa. “A mitad del rodaje nos enteramos de que estaba embarazada, así que no pudimos empujarla con tanta fuerza como queríamos”. El público ya estaba en el bolsillo. Carcajada general y comentarios por lo bajo.
Momento que se repitió cuando Burton reconoció que de los Oscar “no espero nada”, pese a que Sweeney Todd ha ganado dos Globos de Oro, uno como película y otro para Depp como actor principal de un musical o comedia. Pese a su sociabilidad aparente, a Burton aún le queda algo de ese niño retraído que fue en su infancia. “Sweeney Todd es una película para niños. Niños muy raros, pero niños”, quizá esta sea su venganza para con todos aquellos vecinos y compañeros de colegio que se negaron a jugar con él en su infancia. Ahora se venga “haciendo películas” como él dice y se mantiene lejos de la maquinaria hollywoodiense de Los Angeles. “Intento no convertirme en un producto de consumo y ser fiel a mí mismo”. Parece que, de momento, lo ha conseguido.
Después de casi una hora de rueda de prensa, Burton desapareció dejando tras de sí una estela de satisfacción generalizada, aunque no sea por su película, cuya crítica detallada les ofreceremos más adelante. (M. J. Arias)
martes, 22 de enero de 2008
Burton: “No espero nada de los Oscar”
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5 comentarios:
Os leo desde hace poco (el amigo de una amiga que me recomendó...) y hasta hoy no me he decidido a comentar ninguna de vuestras entradas.
Soy una de esas mitómanas que hubieran dado un brazo (el izquierdo) por estar en esa rueda de prensa. Estoy esperando desde el momento en que me enteré de este proyecto el estreno de Sweeny Todd y sé que no me decepcionará.
Que los que nominan a los candidatos a los Oscar no la hayan tenido en cuenta, no significa nada para mí. Se pueden quedar con sus Expiaciones (menudo tostón): los demás disfrutaremos con la imaginación sin igual de Tim y la estupenda interpretación de Johnny.
Muchas gracias por tu seguimiento, Leti. La verdad es que poder estar en la rueda de prensa fue una experiencia muy gratificante. Y tener en casa un ejemplar de 'La melancólica muerte del chico ostra' firmado por el mismísimo Burton, todo un lujo. Lo dicho, bienvenida.
Coincido contigo plenamente: Burton es –en las entrevistas– un tipo encantador. Es afable, escucha, mira y está atento a todo lo que se le pregunta. Tuve ocasión de entrevistarle hace algunos años en Barcelona durante la promoción de su peor película –creo yo– hasta la fecha: EL PLANETA DE LOS SIMIOS. Lo mejor de todo es que tampoco él estaba demasiado convencido del resultado final. Y aunque no lo hico explícito, sí dejó entrever su falta de convencimiento. Igual que se mostró más convencido de sus siguiente proyecto, que sería BIG FISH.
Esta vez –aunque pude– decidí no acudir a la rueda de prensa. Entre otras cosas porque preferí quedarme con el recuerdo del musical que acababa de ver: visualmente impactante, musicalmente emocionante y excesivamente sangriento. Pero puro Burton.
No soy fan –de fanático–, pero sí un seguidor de todo lo que ha hecho y hará. Me interesa su marca, su humor –negro, sarcástico, casi, sólo casi, gore– y sobre todo su predilección por personajes atormentados, solitarios, equivocados, ingenuos, soñadores e insistentes.
Como decía una vez Amenábar hablando de su carrera -mucho más corta en títulos que la de Burton–,"si miro hacia atrás, lo que sí veo es coherencia". Con algún que otro bache, pero coherencia. O lo que es lo mismo estilo.
Por eso me gusta SWEENEY. Aunque, si tuviera niños, incluso "niños muy raros" no les llevaría a ver esta película. Quizá la mano diabólica del barbero se haya apoderado un poco de la silla de Burton y, quizá por eso, le ha salido una película mucha sangre. Así que quienes tomen la, sabia, decisión de ir a verla, que lo hagan, pero que no se olviden el chubasquero, porque este Burton, salpica lo suyo.
Que la disfruten. Enhorabuena por el blog (de un amigo de Miriam)
Tengo la suerte de no ser mitómano. Eso me ha ahorrado muchas decepciones. Lo peor no es el caso del ídolo que parece huraño y es simpátio, sino el contrario. ¿Hablamos, por ejemplo, de Alfredo Landa? En cuanto a pedir autógrafos... A mi sólo me parece interesante tener fotos con o pedir dedicatorias a gente que le importo. La fema, el éxito, la genialida, etc. no son cosas que se contagien por mero contacto con su poseedor.
George Kaplan www.butacadepatio.blogspot.com
lo que daría yo por que Tim firmara mi edición del Chico Ostra :))
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