jueves, 30 de julio de 2009

Porque todos llevamos un 'ex' dentro

Crítica de Ex.

Italia se encuentra tan cerca geográfica y culturalmente de España que resulta extraño que sean tan pocas las películas que aterrizan aquí desde el otro el lado. Por eso cuando llega una y ésta es buena, hay que saber aprovechar la oportunidad. Como la que ofrece Ex, la comedia dirigida y escrita por Fausto Brizzi que mantiene la curiosa y nada descabellada teoría de que todo ser humano acaba siendo el ex de alguien. Entorno a esta premisa gira Ex, una película coral al estilo Manuale d’Amore que tiene moraleja.

Una italiana y un francés viviendo prácticamente su primer amor. Un juez apunto de divorciarse. Una pareja a quien el ex de ella (metido a cura tras sufrir un desengaño amoroso) está apunto de casarles. Un ex marido que descubre a la muerte de su ex mujer que ésta siempre esperó que volviese. Un policía que no puede ver a su ex con otro y se dedica a perseguir a los nuevos pretendientes con la intención de coaccionarle para que abandonen y ellos también se conviertan en un ex. Parejas reales, cercanas, estrafalarias, divertidas y enfrentadas que protagonizan una comedia a la italiana en la que lo importante son las historias, sus peculiaridades y cómo se cuentan sin alardear de medios.

Diálogos rápidos, ágiles y cargados de mala uva que hacen de Ex una comedia con todas las de la ley, aunque el final sea un tanto previsible. Salvo por este pequeño detalle, la película que ahora presenta Brizzi en España llega avalada por el éxito cosechado en Italia y por unos actores quizás no muy conocidos por estas tierras, pero que si se les presta un mínimo de atención se sabrá valorar su talento para el humor. Mención especial merece Silvio Orlando como un juez separado que pretende vivir una segunda juventud. Su baile al ritmo de “sex bom” no tiene desperdicio. A Claudio Bissio le conocerán quienes hayan visto la mencionada Manuale d’Amore 2. Y luego está Alessandro Gassman, hijo de su padre e hilarante como policía pasado de rosca al que los celos le impiden, incluso, cumplir con la ley. (M. J. Arias)





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